Bienestar en la adolescencia: Creando espacios innovadores para escuchar(nos) e incidir

Iniciativa de Arantzazulab: Ecosistema de co-creación
Objetivo del blog post: Compartir los aprendizajes y preguntas surgidas en el experimento Galdera Ikurrak
Autores: Farapi y Medialab Tabakalera

¿De qué hablamos cuando hablamos de bienestar? ¿Qué significado tiene el bienestar para una joven de 15 años? ¿Qué es la falta de bienestar y qué consecuencias tiene?

A través del proyecto ‘Galdera Ikurrak’, hemos creado un espacio para hablar sobre estos temas. Dos grupos de adolescentes, utilizando recursos creativos, han reflexionado y compartido qué es el bienestar para ellos, poniendo en diálogo sus experiencias y conclusiones. Y los resultados han sido impresionantes.

Un grupo de chicas de Lasarte de 16 años nos ha aportado los primeros rayos de luz. No pueden entender el bienestar sin formar parte de la comunidad: sentirse parte del pueblo o tener un grupo estable de amigas son necesarios para su bienestar, y sienten esas conexiones comunitarias a través de las fiestas locales o de expresiones culturales. No obstante, son conscientes de que, para formar parte de la comunidad, no todas las personas tenemos las mismas oportunidades, y que para ello son necesarios varios recursos: medios de transporte eficientes, bares, asociaciones o lugares para estar juntas y compartir, espacios verdes y naturales, recursos económicos…

Ahí es donde encontramos la diferencia más notable con el grupo de adolescentes del instituto Peñaflorida de Donostia. Un grupo formado por chicas y chicos llegados recientemente a Euskal Herria que, además de estar en un lugar desconocido para ellos-as, viven en el seno de una comunidad que no la sienten como propia. Nos han mostrando con claridad dónde están fallando las políticas de acogida: la falta de oportunidades para crear relaciones significativas y formar un grupo de amigos-as que se sienta como propio. De hecho, la mayoría reconoce sentir soledad, y, tal como lo han expresado, ello influye en su autoestima y en su bienestar.

Sin embargo, estos-as jóvenes tienen estrategias para hacer frente a las situaciones difíciles que viven: dibujar o escribir para expresar sus emociones e inquietudes, hacer deporte para desconectar, o buscar actividades o alternativas para encontrar la tranquilidad consigo mismos. Estos recursos son eficaces, pero individualizados. Proporcionando una dimensión grupal o conectando con el ocio reglado o con iniciativas sociales, su potencialidad puede aumentar significativamente. Trayendo nuevamente las vivencias de los miembros del grupo de Lasarte, el ocio es una pieza clave para el bienestar y la construcción de la propia identidad, ya que permite desarrollar aficiones, estar con nuevas personas y equipos, y abre las puertas a la experimentación. Si viéramos la asistencia a la escuela de música o al judo, no sólo como “ocio”, sino como un “elemento de bienestar”, ¿se abrirían nuevas oportunidades?

Ser una chica joven y recién llegada o racializada, también conlleva otras consecuencias que afectan al bienestar, tal y como han expresado las chicas de Peñaflorida, tanto con imágenes como con palabras: por un lado, sufren un acoso de género más evidente, y están en una situación de mayor vulnerabilidad para hacerle frente; y por otro lado, la presión estética y la sexualización que viven sobre sus cuerpos es mayor. Han añadido que, dentro de una estructura social racista y machista, las calles no son espacios seguros para ellas.

Con todos estos temas también se han cruzado muchos otros: la influencia que tienen la situación que se vive en los hogares, y la relación con los-as padres y madres en el bienestar personal; la necesidad de contar con refugios y espacios seguros ante las situaciones difíciles; la presión por seguir los roles sociales; la presión que viven a causa de los estudios; la sensación de no ser escuchados-as y que sus necesidades no sean tomadas en cuenta, etc.

De todo esto hablamos en el encuentro que celebramos el 25 de octubre en Medialab Tabakalera. Los y las adolescentes compartieron lo que necesitan para su bienestar a través de fanzines, collages e imágenes, y surgieron conversaciones ricas y emotivas entre ellas. Ambos grupos agradecieron la oportunidad de intercambiar sus experiencias con adolescentes de realidades diferentes, subrayando que el conocimiento y la escucha mutua son los primeros pasos para tomar conciencia de la importancia del bienestar y de la necesidad de crear comunidad.

Además de los y las adolescentes, el coloquio contó con la participación de entidades públicas y agentes relacionados con el bienestar, la juventud, los derechos de niños, niñas y adolescentes, la salud mental, la diversidad, la igualdad, la participación, la co-creación y la salud comunitaria. En este diálogo entre adolescentes y adultos, emergió la necesidad de abordar los retos de la participación activa y el bienestar de los y las adolescentes en las políticas públicas, desde la complejidad y teniendo en cuenta sus múltiples realidades.

Los y las adolescentes han alzado su voz, han compartido sus vidas y vivencias, con generosidad y valentía. Ahora, ¿seremos capaces de abordar estos retos sociales y articular las respuestas necesarias?

Tenemos mucho camino por recorrer, y está claro que las respuestas vendrán de la colaboración entre múltiples agentes y de la creación de mecanismos para escuchar de forma consciente y continuada a las personas jóvenes.